Descubre por qué la teoría de Freud revolucionó la historia del pensamiento.
La teoría psicoanalítica de S. Freud supuso un punto de inflexión en la historia del pensamiento q influyó decisivamente no sólo en el desarrollo de la psicología, sino también en el de la literatura, el arte, la política, los movimientos sociales o económicos.
Parafraseando a Peter Gay, Freud es ineludible, es parte de nuestra cultura y algunos de sus términos son frecuentes en el lenguaje coloquial, ¿quién no ha mencionado alguna vez el inconsciente, la represión o ha jugado a interpretar el sueño de alguien o el suyo propio?
El punto de partida del psicoanálisis es el descubrimiento del inconsciente, Freud postuló que la conducta podía estar determinada no sólo por nuestra voluntad, sino también por sucesos psicológicos que no eran accesibles a la conciencia. De igual modo atribuyó a esta actividad inconsciente el origen de muchos de los síntomas que presentaban sus pacientes.
¿Sabías que determinados fenómenos de nuestra vida cotidiana como los síntomas psicológicos, los sueños o los actos fallidos tienen su origen en causas inconscientes?
El psicoanálisis está implantado en la práctica psicológica de la mayoría de países desarrollados, con Francia a la cabeza con el mayor número de psicoanalistas por millón, seguido por otros como Suiza o EEUU. Al planteamiento original le han seguido decenas de escuelas, es origen de forma directa o indirecta de muchas de las opciones de tratamiento con las que cuentan los psicólogos a día de hoy y considerado por sus defensores como el único abordaje psicológico que posibilita un cambio real y genuino en la persona a largo plazo.
Sin embargo, el psicoanálisis ha sido también criticado, acusado de falta de empirismo o rigor científico, de ser sectario o exclusivo de élites aburguesadas, y compite actualmente con el retorno del reduccionismo organicista que dominaba el estudio de la mente a finales del XIX, o con el empuje del sistema sanitario que presiona hacia el tratamiento breve y altamente estructurado: el tiempo, hoy más que nunca, es oro.
¿Sabías que durante un tiempo la medicina reclamó el psicoanálisis como disciplina propia, intentando prohibir su utilización a otros profesionales de la salud mental?
La censura fue dura desde el inicio, aunque no es difícil comprender por qué. Volviendo a Gay, solía afirmar que el psicoanálisis fue el tercer gran golpe a la autoestima de la especie humana: Copérnico (no somos el centro del universo), Darwin (acabó con nuestro origen divino, emparentándonos con el mono) y Freud (puso fin a la ilusión de ser dueños incontestables de nuestra conducta, conscientes de todo y gobernantes absolutos del timón de nuestra vida). A día de hoy nadie cuestiona ya los dos primeros, la explicación del funcionamiento mental sin embargo sigue siendo objeto de estudio y polémica.
Y no podíamos obviar en este primer acercamiento al psicoanálisis la sexualidad, ¿cuál es la relación entre psicoanálisis y sexo? ¿por qué se los vincula tanto y de forma tan desacertada? Si contextualizamos un poco, recordemos que el psicoanálisis surge en los primeros años del siglo XX, ¡hace ya más de 100 años!, hablamos de una época en que las relaciones sexuales sin fines reproductivos o la masturbación eran consideradas desviaciones de la conducta. Una época en la que no se concebía un desarrollo psicosexual de la persona, los niños pasaban de ser criaturas angelicales asexuadas al furor de la pubertad por «combustión espontánea», llegada la edad a la que se consideraba socialmente pertinente. El psicoanálisis habló de todo ello y, al igual que a Darwin cuando nos emparentó con el mono se le criticó duramente, creando además una rumorología que se ha extendido hasta el día de hoy y plasmado en las comidillas pseudointelectuales y los bulos más disparatados.
¿Sabías que a principios del S. XX la masturbación era severamente castigada en niños, llegando incluso a utilizar correas para sujetar sus manos a la cama?
A día de hoy y tras más de 100 años de desarrollo a sus espaldas, los tratamientos psicodinámicos (en referencia a la basta variedad de terapias derivadas del psicoanálisis original), forman parte de lo que se conoce como tratamientos basados en la evidencia, ofreciendo una solución eficaz y a largo plazo a la mayoría de trastornos psicológicos.
«Mientras el conocimiento es aquello que se cree tener sin tenerlo, el saber es aquello que se tiene sin saber que se tiene. La verdad, por su parte, es aquello que se tiene, pero que no se puede saber del todo.»
Jacques Lacan.
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Gregorio Serrano
Psicólogo Especialista en Psicoterapia Psicoanalítica
Psicólogo en Sevilla
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